viernes, 11 de marzo de 2011

Revelacion de Jesucristo a Santa Brigida y Santa Isabel


COPIA
De la relación que fue hallado en el Santo Sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo, la que tiene el Santo Pontífice en su Oratorio, el Rey Felipe IV en una lámina de plata. Y dice: Que estando Santa Brígida de Suecia y Santa Isabel, Reina de Hungaria, después de haber hecho una rogativa a Nuestro Señor Jesucristo deseosa de saber de su Pasión Santísima, se les apareció el Señor y les dijo las palabras siguientes:
“Sabed mis queridas hijas que los soldados que me aprehendieron fueron doscientos uno, que me llevaron preso veinticinco, diéronme ciento diez empellones para levantarme, ochenta golpes diéronme en la boca, ciento cincuenta en el pecho y cinco mil azotes amarrado en una columna. Quedaron en mi cuerpo ciento y una llagas y mil seiscientos agujeros mortales. Caí con la Santa Cruz tres veces y la sangre que derramé fueron trescientas mil seiscientas sesenta gotas.
Cualquier persona que rezare siete Padres Nuestros y siete Ave Marías por espacio de doce años hasta que cumpla el número de gotas de sangre que derramé, le concedo cinco gracias:
La primera; Remisión de todos sus pecados.
La segunda; Será libre de todas las penas del Purgatorio.
La tercera; Que si muere antes de cumplir los doce años, será como si los hubiere cumplido.
La cuarta; Bajaré del cielo a la tierra a recibir su alma en mis brazos gustosamente con las de sus parientes.
La quinta; Los que trajeren consigo esta copia, serán libres del demonio y no morirán de muerte repentina y en cualquier casa que la hubiere no habrá visiones diabólicas”.

La mujer que traiga consigo esta copia estando de parto, parirá sin peligro.

OFRECIMIENTO
Señor mío Jesucristo dulcísimo Padre mío yo te ofrezco estos siete Padres Nuestros, siete Aves Marías, en honra y gloria de tu Pasión Santísima, de las gotas de sangre que derramaste y por ellas te ruego imprimáis en mi corazón la memoria de tus llagas para que aborreciendo mis culpas; que fueron causa de tus tormentos, merezca una muerte dichosa para ir a alabar tus grandes misericordias en la gloria.

El que trajere esta copia pondrá su nombre y apellido, el dia, mes y año.

Este cuaderno va aumentando con trescientos días de indulgencia, concedidos por N.S. P. Benedicto XI y doscientos por el Sr. Obispo D. José Ma. Del Refugio Guerra de la ciudad de Zacatecas quien encarga a todos los católicos que al tiempo en que se vean en algún peligro digan las siguientes palabras que han sido copiadas de la Santa Carta Pastoral de Roma.

ESTAS SON LAS PALABRAS
Benditas y alabadas sean las Hostias de Dios consagradas que hoy en este dia se han quedado en todos los templos, así se aparten de mi las malas horas, los malos vecinos, las lenguas murmuradoras, cualquier desgracia que está en contra de mi, venga un aire y se la lleve a la región del olvido. Amén.